los secretos de una diosa (cap. 3)



Más de uno suspiro cuando la música comenzó a sonar y los novios se tomaron de las manos dándose un beso lleno de amor.

La diosa Hera miro a Hades con una mirada que él no supo descifrar, pero esta no dijo nada. Solo se inclinó hacia ambos y unió sus manos mientras comenzaba por decir.

- nos hemos reunido hoy aquí para unir a estas dos almas en una. Él un dios poderoso y vigoroso, ella una princesa de gran alcurnia, de gran familia y de seguro una gran futura madre. Dos seres distintos, pero que al final quedaron clavados por el amor que les concedió la diosa Afrodita.

Pero debemos recordar que un matrimonio es un gran paso a dar. Se debe dar con cuidado pues una vez casados no se podrán separar por nada en este mundo.

- ¿Estáis seguros de querer casarse?

- Si

Respondieron los dos al unísono besándose a continuación. La diosa sonrió tristemente a la nada y continúo la ceremonia.

- Siendo así, continuemos al casamiento.

- Hades, señor del inframundo aceptas a la princesa Abigail cómo tu esposa, para amarla y respetarla en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe.

- Si, acepto (le dijo sonriendo)

- Abigail, aceptáis al señor de inframundo para amarle y respetarle, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la pobreza, hasta que la muerte los separe.

- Sí, acepto (le respondió ella)

- Bueno siendo así, los declaro marido y mujer, desde hoy quedan enlazados para toda la eternidad y nada les podrá separar, únicamente la muerte de alguno de ustedes.



10 años mas tarde



- Mi señora

Me voltee hacia mi doncella dedicándole una sonrisa encantadora. Ella se acercó a mí trayéndome la bandeja, detrás de ella entro un hombre de cabellos negros y ojos plateados, que traía en brazos a una niña de unos 10 años que sonreía a cada persona en el cuarto.

- ¿Cómo está mi reina mayor ?

- Bien, y mis tesoros ¿cómo amanecieron hoy?

- Tu rey, más enamorado que ayer y tu hija, más hermosa cada día.

Una sonrisa se escapó de los labios de la niña mientras Perséfone se unía en un beso lleno de amor.

- Mami, mami vamos a comer si

- Claro que si hija, vamos

La diosa se levantó ayudada por su esposo. Se abrazó a su esposo y tomó la mano de su hija, luego salieron de la alcoba hacia el comedor. Cuando su hija de momento se detiene y se abraza a su cintura acariciando su abultado vientre...

- Mami, cuándo nacerá mi hermanito...

- Dentro de unos dos meses hija...

La niña sonrió y salió corriendo hacia el comedor feliz, la diosa abrazó a su esposo. Abrazados y sonriendo entraron al comedor tras ella.






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